«El sabio puede
cambiar de opinión. El necio, nunca».
Immanuel
Kant
El sabio acepta sus errores, críticas
constructivas y cambia, porque le interesa ser mejor persona cada día. Sin
embargo, el necio se aferra a sus propias opiniones e ideas equívocas es recio
al cambio y lento para escuchar sabiamente.
El sabio cambia de opinión porque acepta
que en un debate de ideas nadie tiene la verdad absoluta; es consciente de que existirán
opiniones ç y posturas diferentes a la de él, y según el análisis razonable,
tomará y dejará. El necio no acepta críticas, y cuando las escucha, se mantiene
a la defensiva porque las toma como un ataque personal; no mide las
consecuencias de sus acciones, ya que todo lo que él hace es irrefutable, y, no
se logra convencer de ninguna manera, porque nadie lo saca de su ignorancia – a
menos que este haga un esfuerzo-. En otras palabras, el sabio, por ser sabio
admite sus errores, pero el necio por su arrogancia jamás lo admite.
Para vivir plenamente y crecer como seres
humanos, debemos aceptar cuando estamos mal y mejorar, porque si vivimos como
necios, tendremos un futuro lamentable.
Keysa Leger
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