10. «No sabe hablar quien no sabe callar». Pitágoras.
Pitágoras
Una persona que no es capaz de hacer silencio en un momento y tiempo determinado, no es capaz de articular palabras con sentido. Es decir, se aprende escuchando, entonces si nunca se hace un “stop” para escuchar lo que el otro dice, nuestras palabras nunca tendrán sentido alguno.
Callar es vital para el ser humano; cuando callas aprendes a escuchar, a pensar y a reflexionar. El silencio se disfruta cuando no existe algo productivo que decir, así, el día que sí queramos articular palabras importantes puedan ser escuchadas. Las personas que profundizan y analizan las cosas, suele hablar con prudencia, los que hablan a la ligera, suelen hablar demasiado -porque sienten la necesidad de imponer sus pretensiones intelectuales-. Por lo tanto, el uso correcto de nuestro lenguaje verbal permite formarnos una personalidad respetable y atractiva, la optimización del tiempo de escucha también es sinónimo de educación. Como dijo Alejandro Dumas “Por bien que se hable, cuando se habla demasiado se termina siempre por decir tonterías”; todo el que haba sin parar al final dice solo palabras, porque sentido alguno nunca tendrán y, además, dice hasta lo que no que no debe (suele perjudicarse a él mismo).
Enfoquémonos en hablar lo suficiente, porque cuando se habla demasiado se transite muy poco, y en callar cuando corresponda, para cuando hablemos nuestras palabras sean escuchadas y no desechadas.
Keysa Leger
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