1. LIBRO DE Walter Riso: «EL DERECHO A DECIR NO».

 

EL DERECHO A DECIR NO

Parte 1: Entender la asertividad

1. NI SUMISIÓN NI AGRESIÓN: ASERTIVIDAD: Decimos que una persona es asertiva cuando es capaz de ejercer y/o defender sus derechos personales, como decir “no”, expresar desacuerdos, dar una opinión contraria y/o expresar sentimientos negativos sin dejarse manipular, como hace el sumiso, y sin manipular ni violar los derechos de los demás, como hace el agresivo. Entre el extremo nocivo de los que piensan que el fin justifica los medios y la queja plañidera de los que son incapaces de manifestar sus sentimientos y pensamientos, está la opción de la asertividad.

2. CUÁNDO NO ES CONVENIENTE SER ASERTIVO: CONTRADICCIONES, LIMITACIONES Y MALENTENDIDOS. Hay ocasiones en que la conducta asertiva puede resultar objetivamente contraindicada y/o socialmente inconveniente. En cada caso, el balance costo/beneficio y los intereses personales marcarán la pauta a seguir. Ser asertivo entraña una toma de decisión donde el sujeto debe sopesar los pros y los contras, y resolver si se justifica o no, actuar asertivamente .

Parte 2: El poder de la asertividad. ¿Por qué es bueno ser asertivo?

1. La asertividad fortalece el amor propio y la dignidad: Para exigir respeto debo empezar por respetarme a mí mismo y reconocer aquello que me hace particularmente valioso, es decir: debo quererme y sentirme digno de amor. Precisamente, la dignidad personal es el reconocimiento de que somos merecedores de lo mejor.

2. La asertividad permite una mejor defensa psicológica y nos hace más seguros: Cuando somos asertivos, se reduce la discrepancia entre el yo real y el yo ideal. Cada vez que ejecutamos una conducta asertiva se genera una retroalimentación, que nos dice: “Fuiste capaz”. Sube el yo real.

3. La asertividad facilita la libertad emocional y el autoconocimiento: La asertividad nos ayuda a experimentar e integrar las emociones a nuestra vida. Cuando expreso lo que pienso y siento, libero la mente y sano mi cuerpo. Me doy la oportunidad de observarme a mí mismo en relación con los otros, me descubro y me comprendo en cada acción y reacción del intercambio.

4. La asertividad ayuda a resolver problemas y a mejorar la comunicación: La asertividad permite relaciones más funcionales, más directas y auténticas. Es un método de comunicación por excelencia, donde la honradez y la transparencia son determinantes. Ésa es la razón por la cual se utiliza frecuentemente en terapia de pareja o en el entrenamiento en habilidades de comunicación.

Parte 3: LOS DRECHOS ASERTIVOS

1. El derecho a ser tratado con dignidad y respeto

2. El derecho a experimentar y expresar sentimientos

3. El derecho a tener y expresar opiniones y creencias

4. El derecho a decidir qué hacer con mi propio tiempo, cuerpo y propiedad

5. El derecho a cambiar de opinión

6. El derecho a decidir sin presiones

7. El derecho a cometer errores y a ser responsable de ellos.

8. El derecho a ser independiente.

9. El derecho a pedir información.

10. El derecho a ser escuchado y tomado en serio.

11. El derecho a tener éxito y a fracasar.

12. El derecho a estar solo.

13. El derecho a estar contento.

14. El derecho a no ser lógico.

15. El derecho a decir: “No lo sé”.

16. El derecho a hacer cualquier cosa sin violar los derechos de los demás.

17. El derecho a no ser asertivo.

Parte 4: ¿QUÉ NOS IMPIDE SER ASERTIVOS?

1. La culpa anticipada y el miedo a herir a los demás: El miedo a excederse con la asertividad y a dañar psicológicamente a los otros suele ser una de las interferencias más significativas del aprendizaje asertivo. El choque interior suele ser duro. Por un lado, está la necesidad de autoafirmarse, y por el otro, el impedimento que marca las creencias sobre lo que está bien y lo que está mal: lo que debe y no debe hacerse, el miedo a ser socialmente negligente. para que la asertividad no genere esa mezcla fulminante entre culpa y miedo, los individuos que intentan ser asertivos deben profundizar y reflexionar sobre tres principios fundamentales: tolerancia, prudencia y responsabilidad.

TOLERANCIA LIMITADA: La tolerancia es una virtud, pero, sin los límites que define la dignidad personal, se convierte en rendición, dependencia humillante, aniquilación del “yo”. Así como nos indignamos frente a la injusticia ajena, también tenemos la obligación moral de indignarnos cuando nuestros derechos personales se vulneran. Por eso, no tolerar a los abusivos es una manera de respetarse a sí mismo, es ejercer el derecho a la resistencia y no dejarse embaucar por el culto al sufrimiento. Nadie está obligado a subyugarse.

EL PRINCIPIO DE LA PRUDENCIA Y DELIBERACIÓN CONSCIENTE: La prudencia es futuro, prevención, anticipación responsable, deseo razonado. Está diseñada para evaluar el antes de, para que no tengamos que arrepentirnos del después de. No es un freno de emergencia asfixiante, sino autorregulación, juicio y lucidez orientada a no lastimar ni lastimarse

2. La ansiedad social: el miedo a la evaluación negativa y a comportarse de forma inapropiada: La ansiedad social puede interferir el comportamiento asertivo y bloquearlo. Aunque el miedo interpersonal puede manifestarse de muchas maneras, señalaré los factores más relevantes: 1. La vergüenza de sí mismo 2. El miedo a dar una mala impresión y la necesidad de aprobación 3. El miedo a sentirse ansioso y a comportarse de manera inapropiada 4. El miedo a las figuras de autoridad. Algunas veces, no ser asertivos puede afectar negativamente la imagen de las personas. En otros casos, la asertividad puede mejorar sustancialmente la imagen interpersonal.

¿QUÉ TAN IMPORTANTE ES LA FORMA DE TRANSMITIR EL MENSAJE?  Si usted desea ser asertivo, no descuide la manera de expresarse, pero tampoco olvide que no debe sacrificar el contenido verbal, es decir, el tema central del mensaje.

1. Mirar a los ojos: El asertivo no escapa a la mirada, la sostiene el tiempo necesario para establecer un buen empalme.

2. Volumen de la voz: Utilice un todo de voz audible, porque la voz poco audible denota inseguridad.

3. Modulación y entonación de la voz: La entonación siempre implica interés, si nuestro interlocutor es parco, no nos sentimos queridos. El lenguaje que no se saborea es una proclama leída en otro idioma, no se entiende ni se degusta.

4. Fluidez verbal: La fluidez verbal requiere espontaneidad y seguridad. Los tiempos muy largos de respuesta, donde se piensa demasiado, crean angustia en el que está esperando el mensaje.

5. La postura: Debemos evitar inclinar el cuerpo a más que el interlocutor y  poner la cabeza un poco más agachada de lo normal, porque esto da la impresión de una reverencia sutil.

6. Los gestos: Debemos gesticular con todo el organismo, pero es en el rostro donde más se configura lo que somos. No sólo miramos a los ojos, también observamos las arrugas, las cejas, la boca, las comisuras, la nariz, las orejas, y todo a la vez.

7. El contenido verbal del mensaje: El contenido del mensaje asertivo es la transcripción en palabras de la meta que deseamos alcanzar. Debe ser claro, explícito, directo y franco

CONCLUSIONES: TRES PRINCIPIOS PARA CONTRARRESTAR LA INTERFERENCIA DE LA ANSIEDA SOCIAL.

1. El principio de “YO SOY VALIOSO”: Debo aceptar mi esencia. En tanto esté vivo soy valioso per se, sin razones ni motivos, no por lo que haga o haya dejado de hacer, tampoco por lo que tenga o haya tenido alguna vez. Mi valía personal radica en mi existencia, no en mis logros. Mis éxitos o fracasos no pueden medir mi valor esencial como ser humano, simplemente porque soy más que eso.

2. Compartir las ideas con la realidad: “”PENSAR COMO CIENTÍFICO”: Al hombre que se guía por la razón, no es el miedo el que lo lleva a obedecer.

3. El principio de la exposición activa: “RETAR AL MIEDO”: El principio de la exposición activa propone un estilo orientado a asumir los riesgos necesarios para vencer el miedo. Es imposible superar el temor, cualquiera que sea, mirándolo a la distancia, negándolo o escapando. Hay que aventurarse y meterse en el ojo del huracán, ya sea de manera suave o abrupta, solos o con ayuda profesional, con medicamentos o sin ellos, como sea, hay que luchar contra el miedo, o si se quiere, hay que “padecerlo” hasta que nos podamos reír de él. Hay que retarlo, llamarlo, invitarlo a entrar y jugar de local: hay que asustar al miedo.


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