16. FRASE: «No hay nada en el intelecto que no estuviera antes en los sentidos». Aristóteles.
«No hay nada en el intelecto que no estuviera antes en los sentidos».
Aristóteles
Todo lo que está en nuestra mente es producto de una interacción previa de los sentidos. Nuestro aprendizaje tiene lugar cuando la mente es capaz de reunir la información de todos los sentidos y hacer una conexión con un aprendizaje pasado. Estos son importantes en nuestro diario vivir, para poder identificar nuestro mundo exterior.
Gracias a la vista disfrutamos de la
naturaleza y nuestros seres queridos, porque mediante ella podemos divisarlos. El
tacto nos permite percibir las cualidades de los objetos como la temperatura,
dureza, presión y textura. Gracias al gusto experimentamos esa rica explosión
de sabores al introducir alimentos a nuestra boca, mientras que el oído nos permite percibir
sonidos. Finalmente, cabe aludir al olfato como al medio para reconocer a los
distintos aromas que existen en el ambiente, circunstancia que se logra gracias
a receptores que captan químicamente los elementos suspendidos en la atmósfera;
la información obtenida con posterioridad se comparte con el cerebro. Aprendemos porque toda esa información que recibimos mediante los sentidos se va registrando en nuestro cerebro. Por ejemplo: al momento de memorizar información sobre un tema determinado podemos hacerlo por los sentidos siguientes: la vista y por el oído.
Hay personas que carecen de todos los
sentidos, y esto no debe ser una limitante para ellos, porque todo en esta vida
con disposición, positivismo y valentía se puede.
Keysa Leger
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