21. FRASE: «Dos veces vence el que en la victoria se vence a sí». Séneca.
Como seres
imperfectos, tenemos ciertos defectos que opacan nuestras luces. El ser humano
vive una lucha interna compuesta por dos caras distintas: nuestros impulsos y
deseos y lo moralmente correcto.
Una parte de nosotros busca satisfacer los deseos, incluso si estos van en detrimento de nuestra dignidad (el ello), empero, del otro lado está la parte moral, que nos dice qué realmente es conveniente hacer y qué no (super- yo). A veces, las personas son objetos de sus pensamientos, es decir, se dejan manipular por ellos. Esto indica la falta de dominio propio y la tendencia que tenemos a sucumbir ante nuestras debilidades.
Luchar con nuestros miedos, deseos e impulsos desenfrenados es una batalla difícil, pero no imposible, porque la verdadera victoria s quien reconoce sus fallas y se enfrenta a ellas. La satisfacción es mayor cuando logras vencer todas tus debilidades y convertirse en un ser humano digno de admiración.
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