5. FRASE: «Un solo bien puede haber en el mal: la vergüenza de haberlo hecho». SÉNECA

La vergüenza y el arrepentimiento.

Cuando alguien actúa de manera inapropiada, no siempre reconoce sus errores y se disculpa. No obstante, aquellos que sí lo hacen experimentan un crecimiento personal paulatinamente.

La vergüenza y el arrepentimiento surgen del reconocimiento de haber actuado mal. Arrepentirse va mucho más allá que solo reconocer la acción inmoral, también implica un cambio en la manera del pensar y en los sentimientos; la consecuencia directa del arrepentimiento es el perdón.

Reconocer tus fallas y cuándo actuaste mal no te humilla, al contrario te hace grande. Demuestra que tienes la madurez necesaria para aceptar que eres un ser imperfecto, que te equivocaste, pero que estás dispuesto a enmendar tu error y ser mejor persona en la vida. Uno de los errores más comunes es reconocer que actuamos mal y no hacer nada ante ello, como si nuestras palabras fueran enemigas de nuestras acciones, y eso sí que habla mal de nosotros. Una disculpa no es suficiente ante un error, se requieren acciones que justifiquen tu cambio y tu disposición de convertirte en alguien mejor.

KEYSA LEGER

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