2. FRASE: «Peores son los odios ocultos que los descubiertos.». SÉNECA.

El rencor: el veneno del alma.

El rencor mata el alma y la envenena. Una persona rencorosa no avanza en ningún aspecto de la vida porque está atado a un sentimiento que lo oprime, le causa dolor y tristeza. Estos sentimientos te atan a una situación difícil del pasado que no haz podido superar. Normalmente las personas rencorosas fueron heridas y presentan cierto rechazo hacia aquel que causó el motivo del malestar.

La clave para crecer es perdonar. Guardar rencor en nuestros corazones nos causa tristeza. Es cierto, que duele cuando hieren nuestros sentimientos, somos traicionados o somos objetos de injusticias, pero no debemos supeditarnos a esos malos recuerdos. Debemos tomarnos un tiempo para recapacitar sobre ello, perdonar y luego olvidar.

Estos sentimientos negativos representan un peligro para la salud. El rencor alimenta la ira y esto puede ser una alerta al sistema inmunológico y cardiovascular. Por esta razón, por puro egoísmo y por salud emocional, conviene priorizar el bienestar, decidiendo de un modo consciente no seguir alimentando ese rencor por lo ocurrido.

KEYSA LEGER

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