9. FRASE: «Si quieres que tu secreto sea guardado, guárdalo tú mismo.». SÉNECA.

Si quieres que algo no se sepa, que nunca salga de tu boca.

Cuando decidimos compartir una información confidencial con otra persona, le estamos cediendo un valor especial al confidente e incluso corremos el riesgo de que nuestro secreto se difunda. Si el secreto se difunde, podemos quedar mal ante personas que no queríamos que conocieran esa parte de nosotros. Como consecuencia de este acto de traición, se generan enfados, dudas, decepciones y el lazo de amistad se rompe.

El valor de la amistad, la lealtad y la honestidad es escaso en una sociedad tan diversa como esta, donde pocos saben guardar secretos. El que desea compartir su información privada muchas veces consigue ese estado de paz interior al saber que no está solo y que puede confiar en alguien más, pero se lleva tremenda decepción cuando ese ser tan especial le fallla.

Por otro lado, cuando los secretos se divulgan, las personas desleales y deshonestas, tienden a agregar datos para darle forma al secreto, convirtiéndose este en un rumor. El rumor se caracteriza por la imposibilidad de su verificación, difusión por medios informales y enganche psicológico, ¿por qué?, pues porque cuando se le agregan o quitan datos para hacerlo más interesante, el secreto pierde su originalidad y se llena de especulaciones e ideas sin fundamento alguno. Comienza a proliferarse en la sociedad y pierde la imposibilidad de su verificación automáticamente. Asimismo, su enganche psicológico hace que el que lo escuche sienta la necesidad de multiplicarlo y darle forma medalaganariamente.

En conclusión, los secretos mejores guardados son aquellos que nunca se han dicho. Conque de ahora en adelante guarda tus secretos para que a posteriori tu dignidad no sufra las consecuencias…

KEYSA LEGER

 

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