Artículo 3: La ética durante las sesiones legislativas.
Por Keysa
Leger 02/11/2020
El poder legislativo,
formado por diputados y senadores es el órgano encargado de garantizar la democracia,
legislar y fiscalizar en función del pueblo. Este debe regirse por los códigos
éticos pertinentes durante las sesiones legislativas, pero esto no siempre
suele cumplirse.
Las sesiones
legislativas se celebran a fin de tomar decisiones, mediante votaciones
legales sobre los asuntos que se debaten. En ellas, los legisladores pueden emitir
cualquier opinión o discurso, sin ser acusados o sometidos
legalmente (inmunidad por opinión). Sin embargo, durante las mismas, los diputados y senadores aprovechan
la ocasión para faltar el respeto, ofender y demostrar su deficiencia educativa ante
el país y el mundo.
Los integrantes del Congreso
Nacional son elegidos por el pueblo para representarnos en las
respectivas provincias de nuestro país, por ende, su conducta debe ser ética para el buen desempeño de su función legislativa. No obstante es
indignante que, durante las sesiones,
estos se comporten como lactantes, contribuyendo al ruido e interrupción del
interlocutor, y desafiando la autoridad del presidente del Congreso al hablar al
unísono. En efecto, provoca ineficacia en la votación conjunta y toma de decisiones,
debido al irrespeto colectivo y la distorsión a priori del mensaje.
Es lamentable que
nuestra sociedad escoja líderes sin educación, ética ni moral alguna, para que
sean los representantes y encargados del porvenir de nuestro país. Tal y como
dijo el presidente de Estados Unidos Dwight D. Eisenhower: “La política debería ser la profesión a tiempo
parcial de todo ciudadano”. Debemos educarnos como entes sociales, porque
el conocimiento es poder y una sociedad debidamente preparada escoge líderes
preparados.
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